Quienes somos


Lesbiradas surge a partir de un grupo de lesbianas que se reunía desde 1994 llamado Mujer-es Somos. Este grupo estaba constituido por varias guatemaltecas y algunas extranjeras que se reunían en el café bar llamado Blanco y Negro, en el centro de la ciudad. Ines Rummel, cuenta en su libro Saliendo del Closet como surgió este espacio:

Todo ocurrió tan rápido y fue increíblemente emocionante. Nosotras las lesbianas de Guatemala, estamos organizándonos, estamos en camino de encontrarnos a nosotras mismas.

La aventura empezó …en diciembre de 1995. al principio surgió dentro de mí la idea de crear la “ladies night” en el café “Blanco y Negro” de un gran amigo, esta idea no me dejó en paz hasta que cumplí la misión que me había propuesto. Entonces, no existía lugar alguno reservado para mujeres, así que el sueño de muchas tenía que volverse realidad. Preparé propaganda que gracias al apoyo de unas amigas, se colocó en algunos cafés y discotecas, además, a través de invitaciones personales traté de llamar la atención de todas las lesbianas que conozco y de sus amigas.

El gran día, el primero de diciembre, llegó: por primera vez un café para lesbianas en la Ciudad de Guatemala. Llegaron varias mujeres y un ambiente de confianza y armonía se creó por medio de pláticas, baile, música de guitarra y nuestro “himno”, la canción “Mujer contra mujer” de Mecano…
(Inés Rummel, 1997:51-53)

Además de las Ladie’s Night de Blanco y Negro, surgió un espacio para hablar sobre el lesbianismo y la sexualidad fundado por un grupo de lesbianas vinculadas a la izquierda y el movimiento de mujeres de los 90’s. Este grupo de mujeres surgió al confluir en los espacios de la sociedad civil, previos a la firma de los acuerdos de paz, donde notaban una ausencia de espacios y de discusión alrededor de los temas que más les tocaban.

A partir del bar, y de confluir en el espacio político, cinco mujeres forman en 1995 el primer grupo lésbico en Guatemala, el cual llaman Mujer-es Somos. Se dan cita en un espacio que les cede el grupo denóminado ATH –Asociación de Talleres Holísticos- hoy reconocido como OASIS (Organización de Atención de Salud Integral frente al Sida). Este espacio les permite encontrarse y comenzar a realizar actividades como grupo. Ines Rummel recoge en su libro las inquietudes iniciales de este colectivo:

Mujer-es Somos es un colectivo que se inició para dar espacio a lesbianas que buscan armonía y seguridad para compartir su identidad. En este colectivo nos reunimos para realizar pláticas, organizar talleres, abrirnos hacia la sociedad con foros sobre lesbianismo, participar en reuniones del movimiento de mujeres, …, y simplemente para sentirnos en ambiente entre nosotras. Hemos tratado temas como autoestima, sexualidad, conceptos de lesbianismo, feminismo, derechos humanos, etc.” (Ines Rummel & Colectivo Mujer-es Somos, 1997)

Realizaban diversas actividades, como relata Claudia Acevedo -una de las fundadoras y parte de Lesbiradas:

Hablábamos de seguridad, de defensa personal, hicimos talleres de defensa personal. Talleres de música, de percusión. Era un poco informal, un espacio autónomo, hacíamos lo que nos iba naciendo. Luego comenzamos a hacer foros, con el movimiento de mujeres y con otra gente.

Hicimos dos foros, uno se llamó “Todo lo que siempre quisiste saber sobre lesbianismo y nunca te atreviste a preguntar”, y el otro “Las identidades lésbicas en Guatemala” y llegó un chingo de gente, pero un montón, y fue muy chulo.

Lesbiradas surge luego de esa experiencia, cuando en el grupo comienzan a realizar una investigación llamada “Identidades lésbicas en Guatemala” y necesitan registrarse legalmente para obtener el apoyo económico para realizarla.

Lesbiradas se funda demás para darle espacio a la reflexión que iban teniendo como grupo sobre la situación de las lesbianas en Guatemala. Cuando se dan cuenta de la importancia de que las lesbianas nos conformemos como nuevas sujetas sociales, y confrontemos la lesbofobia como un problema que ha generado violencia e invisibilización hacia las lesbianas en los ámbitos individuales y colectivos.

A partir de esta reflexión se decidió conformar un grupo autónomo que trabajara en favor de la consolidación de una comunidad lésbica en Guatemala. Lesbiradas comienza a trabajar entonces, partiendo de un pensamiento lésbico feminista autónomo, a través del cual se pretende des-estructurar el orden simbólico patriarcal, racista, etnocentrista y heterosexual obligatorio. Propuesta que se vive y practica desde la autodeterminación del cuerpo y la sexualidad, desde la transgresión y transformación del orden establecido, usando nuestra libertad y complicidad entre mujeres para colocar en el centro de nuestros procesos la vida de las lesbianas y procurar su buen vivir.

La línea estratégica de trabajo del grupo se definió de la siguiente forma:
Aportar a la transformación del orden simbólico y material patriarcal, a partir de realizar procesos íntimos, personales y públicos desde el fortalecimiento de una comunidad lésbica en Guatemala, contribuyendo de esta forma a la visibilidad del lesbianismo y la defensa pública de nuestros Derechos específicos como lesbianas.

Esta línea general se expresa en la labor que realizamos a distintos niveles, y según los procesos que cada una va trabajando. Iniciar la faena por íntimo y personal como un proceso de fortalecimiento personal y de deconstrucción de las opresiones que se instalan en nuestros cuerpos y en nuestras vidas es una línea inicial, pero también de labor continua, que nos permite hacer la conexión entre las estructuras sociales y la condiciones particulares que vivimos en la piel, y desde la esfera más privada.

Trasladar lo íntimo y privado a un espacio colectivo nos permite conectar la esfera intima, con la esfera pública, la cual requiere de acciones distintas, y sin embargo conectadas con nuestro vivir cotidiano. El trabajo en la esfera pública está dirigido a la visibilización de las lesbianas en el discurso y como forma de irrupción de la cotidianeidad guatemalteca, que a través de su silencio con respecto al lesbianismo fomenta la lesbofobia y esconde las problemáticas particulares de la vida de las lesbianas y de la sexualidad de las mujeres guatemaltecas en general. En este sentido la realización de acciones políticas, así como la consolidación de espacios de reflexión y de socialización para la comunidad lesbiana son fundamentales.